La Economía y la Política son ciencias sociales, no son ciencias exactas. Caben la opinión y los diferentes puntos de vista. Sin embargo, el instrumento fundamental que debemos utilizar es la racionalidad. Es el tamiz por el que debemos pasar nuestras conclusiones, opiniones y puntos de vista.
Advierto esto porque, a veces, se corre el riesgo de que nuestra posición ideológica se convierta en una posición cuasi-religiosa: en la religión (o al menos en las religiones oficiales) las creencias y las normas de conducta no son discutibles, sino que son impuestas por una autoridad superior. Si no se aceptan, quedas fuera del grupo.
Hay veces que la valoración de los argumentos se hace no en función de los argumentos mismos, sino dependiendo de la etiqueta colocada a la persona que la emita. Debemos tener cuidado para evitar esto, conocido como sectarismo.
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